Pandemia no logra frenar ánimo de namibio Ananias Shikongo

Campeón Paralímpico anima a los atletas a apoyarse mutuamente durante estos tiempos difíciles 05 Oct 2020 By Eric Tamanda Banda | For the IPC

Hace cuatro años, Ananias Shikongo hizo historia al convertirse en el primer hombre de Namibia en ganar una medalla de oro olímpica o Paralímpica.

El oro en los 200m de la clase T11 seguido de dos bronces en los 100 y 400 metros cambió las cosas de la noche a la mañana, una vida que había sido testigo de innumerables dificultades.

Desde vivir en un pueblo sin electricidad ni agua hasta mudarse a una casa de ladrillos, la constante lucha de Shikongo contra la pobreza terminó casi instantáneamente. Por una vez no tuvo que pensar en llevar comida a la mesa mientras esperaba por la ayuda de los patrocinadores. Sin embargo, avanzando rápidamente hacia 2020, como la mayoría, las restricciones de COVID-19 han tenido su impacto en el atleta de 34 años. 

“Dirijo un pequeño negocio de venta de frutas, verduras y otros productos perecederos para mi sustento, pero debido a la pandemia, tuve que recurrir a mis padres, que son agricultores comunales, y a mi entrenador para que me ayudaran económicamente y así poder complementar mis ingresos”, dijo Shikongo, que perdió la vista en ambos ojos en dos accidentes separados a los 3 y 6 años de edad. 

“Vengo de una gran familia de cinco hermanas y tres hermanos y estoy agradecido por el apoyo que siempre he recibido de ellos a lo largo de mi vida y durante el confinamiento, no fue diferente. Le pediría a todos, incluyendo a mis compañeros atletas, que se apoyen mutuamente durante estos tiempos de prueba. Todo el mundo necesita el apoyo de la familia y los amigos para mantenerse motivado y mentalmente estable”, añadió Shikongo. 

Aprovechando las oportunidades  

Shikongo, graduado en fisioterapia, también eligió el aislamiento como una oportunidad perfecta para descubrir sus habilidades como mentor mientras entrenaba a su hijo de 6 años, a su sobrino y a otros niños del vecindario. 

“Les estaba enseñando cómo ser un guía para atletas con discapacidad visual. Disfruté mucho trabajando con niños para promover el Para atletismo en mi país y más allá. Normalmente, no hubiera tenido tiempo para hacerlo, ya que mi agenda siempre está apretada, pero con el confinamiento, pude aprovechar y transmitir mi experiencia”, dijo Shikongo.

El campeón Paralímpico, oriundo de una pequeña ciudad en Katutura, ubicada en Windhoek, la capital de Namibia, también creó la fundación “Sport on the Move” para apoyar a los atletas Paralímpicos y está utilizando sus conocimientos de marketing para promover el Movimiento Paralímpico en su país.

“Decidí inscribirme en un curso de marketing en una universidad local para adquirir habilidades que me ayudaran a comunicarme mejor con las autoridades. Hay muy poca conciencia sobre el Para deporte y el cambio que puede suponer para las personas con discapacidad. Quiero recaudar fondos a través de la fundación para ayudar a los futuros atletas, prepararlos para la competencia y eso solo puede ser posible si su vida cotidiana es segura”.

Confiado en conservar el título

A pesar de la crisis actual y el aplazamiento, Shikongo confía en defender su título en Tokio 2020. Ve la postergación como una “bendición disfrazada”.

“Tengo que confesar que no estaba preparado. Sentí que no estaba en buena forma si los Juegos se hubieran celebrado en el verano de 2020. El año extra me ayudaría a volver a estar en forma y estar en mi mejor momento”, dijo Shikongo. 

“La mayoría de ellos (los rivales) son buenos amigos míos y los valoro mucho, especialmente a David Brown (Estados Unidos) y Lucas Prado (Brasil) que son mis adversarios más peligrosos pero siempre me han animado a seguir adelante. Definitivamente daré lo mejor de mí en Tokio”.