Zakia Khudadadi: "Gano por mujeres de Afganistán"

Cuando Zakia Khudadadi ganó la medalla de oro de Para taekwondo en el Campeonato Para Europeo 2023 -su primera medalla de oro en un torneo internacional- su entrenadora Haby Niare fue la primera en celebrarlo con ella. Mientras Khudadadi se secaba las lágrimas con sus mangas, Niare levantó a la atleta afgana y dio la vuelta de la victoria alrededor del tatami en una emotiva celebración. 

"Estoy muy contenta. Para mí, la sensación es como la de una medalla Paralímpica, porque es la primera medalla de oro que gano. Me siento como una estrella", dijo Khudadadi.

Khudadadi, que huyó de Afganistán en 2021, se entrena en París, Francia, donde vive actualmente. En Rotterdam 2023 compitió como atleta del equipo de refugiados, pero compartió la alegría con los atletas y entrenadores franceses con los que pasa la mayor parte del día, especialmente Niare.

"La entrenadora Haby es muy, muy, muy amable y me empuja todos los días. Me dice: "Zakia, eres una campeona". Cada día siento esa energía positiva. Soy feliz con ella", dijo.

"Es increíble y un modelo a seguir. Estoy contenta porque soy refugiada, no soy francesa. Ella es francesa y su corazón es muy grande. Refugiada o francesa, ha sido muy buena conmigo".

"Sigo con el Para taekwondo porque me encanta el deporte y gano por las mujeres de Afganistán y por la gente refugiada".

Felicidad y orgullo  

Rotterdam tuvo un final de cuento de hadas para Khudadadi, que compitió en la división femenina de -47kg. En la final, contra la turca Nurcihan Ekinci, remontó e igualó la contienda a falta de menos de un minuto para el final, antes de adjudicarse la victoria en el tiempo extra.

Antes de que Khudadadi saliera al tatami, Niare vio miedo en sus ojos.

"Le dije: 'Zakia, mira de dónde vienes. Mira tu pasado: fue duro. Ahora tienes la oportunidad. Trabajamos duro. Eres perfecta. Demuéstranos que puedes hacerlo'".

Para Niare, medallista de plata en peso wélter femenino en los Juegos Olímpicos Río 2016, es la primera medalla de oro que gana una de sus atletas desde que se convirtió en entrenadora en marzo de 2022.

"Tuve que correr (en el tatami) con ella porque sé cuándo hay que mostrar felicidad. Estaba muy contenta y orgullosa de ella", dijo Niare. "Fue otra felicidad ser entrenadora y ganar una medalla de oro con otra atleta. Sé lo que sienten, conozco la alegría cuando ganas".

Una luchadora segura de sí misma

Tras llegar a Francia, Khudadadi tardó algún tiempo en sentirse segura de competir en el mayor escenario internacional y de vivir en un país extranjero.

"No tenía mucha confianza debido a su historia y eso es normal. Al principio fue difícil darle confianza", explicó Niare. "Cada vez que necesita que la empujen, que la empujen, que la empujen, (yo le digo) "¡Vamos Zakia, tú puedes! ¡Tú puedes! ¡Tú puedes! Mira, lo has hecho. Lo haces muy bien!" etc. 

"Y cada vez que hacía esto, ella tomaba más y más confianza".

Khudadadi solía tener un traductor de francés con ella, pero ya no necesita el apoyo de un traductor. Al principio dudaba en salir, pero ahora tiene amigos en el equipo y disfruta yendo de compras con otros atletas.

"Está con nosotros todos los días. Se siente más cómoda con las lenguas y la cultura francesas", añadió Niare. "Está muy unida a otros luchadores, son como sus hermanos y hermanas mayores. Ahora es muy buena". 

Nuevas metas

Khudadadi abandonó Afganistán justo una semana antes de que se celebraran los aplazados Juegos Paralímpicos Tokio 2020. Gracias al apoyo mundial de varias personas, organizaciones y gobiernos, Khudadadi y el velocista Paralímpico Hossain Rasouli fueron evacuados sanos y salvos de Kabul, la capital afgana, en agosto de 2021.

Los dos atletas pasaron una semana en París, en el Instituto Nacional de Especialización y Rendimiento Deportivo (INSEP), el centro de entrenamiento de alto rendimiento del Ministerio de Deportes francés, antes de llegar a Tokio para los Juegos. 

Khudadadi compitió en Tokio en K44 -49kg femenino, convirtiéndose en la primera mujer Paralímpica afgana desde Atenas 2004.

Admite que "no es fácil" ser refugiada y que pensar en dejar su país de origen aún le rompe el corazón.

"Dejé mi país, mi casa, mi club, todo. Fue un día difícil para mí y, al hablar de Tokio, lloro porque me duele el corazón. Pero no paré después de Tokio: soy fuerte por todo: por el deporte, por las mujeres de Afganistán, por la gente refugiada". 

Aunque asocia su paso por Tokio 2020 con lágrimas y tristeza, afirma que Rotterdam es un lugar que la hizo feliz. Ahora, quiere encontrar más felicidad en París, la sede de los Juegos Paralímpicos del año que viene, ya que allí competirá en el Gran Premio en septiembre.

"Ahora he progresado mucho en francés y estoy en contacto con más gente. El equipo francés es muy bueno y estoy contenta", dijo. "Estoy preparada, estoy lista para mis competencias".