Durand, reina cubana de velocidad, disfruta de química perfecta con su guía Kindelan

Gran conexión entre atletas con discapacidad visual y sus guías sin discapacidad, como caso de Omara Durand y Yuniol Kindelan, es una de muchas cosas que celebramos en Día Internacional de Personas con Discapacidad, que se celebra 3 de diciembre 03 Dec 2022
Imagen
A female Para athlete runs with her male guide runner
Omara Durand lleva corriendo con su guía Yuniol Kindelan desde 2015
ⒸSimon Bruty/OIS
By Fatima Martinez and Ayano Shimizu | For the IPC

Omara Durand no necesita presentación en el mundo del Para deporte. La velocista cubana es ocho veces campeona Paralímpica y está invicta en los Juegos Paralímpicos desde Londres 2012. 

Durand, que tiene una discapacidad visual, no está sola cuando compite en la pista. Corre junto con Yuniol Kindelan, su guía vidente al que va atada durante las carreras. 

Este dúo imparable consiguió tres medallas de oro en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, al ganar las pruebas femeninas de 100, 200 y 400 metros T12. También subieron al podio en las tres pruebas en los Juegos Río 2016.

Química perfecta 

La amistad entre las dos atletas ha sido fundamental para su éxito. La familia de Durand y la de Kindelan suelen pasar tiempo juntas y "lo hacemos todo en familia", asegura la velocista. 

"Tenemos mucha química. Nos llevamos muy bien", dijo Durand. "Esta relación entre nosotros también ha sido clave a la hora de entrenar y conseguirlo todo". 

La pareja fue presentada a través de Miriam Ferrer Fernández, la entrenadora de Durand. Durand fue reclasificada recientemente a la clase T12 después de que su vista se deteriorara tras el nacimiento de su hija en 2013. 

"Empecé a contemplar la posibilidad de correr con un guía", dijo Durand. "(Mi entrenadora) me dijo que era responsable, que veía que tenía características similares a las mías y que haríamos buena pareja en los entrenamientos.

"Yo no me opuse y le dije: "Si eso es lo que piensas, entonces será Yuniol". Ya había dejado de ser un atleta convencional y se unió para trabajar conmigo".

Durand captured three gold medals at the Tokyo 2020 Paralympic Games with Kindelan. @Simon Bruty/OIS

Pero la química perfecta entre la Para atleta y su guía no surgió al instante. Fue una relación que ambos desarrollaron gradualmente a través de los entrenamientos y el conocimiento mutuo. 

"Él nunca había corrido con un Para atleta y yo nunca había tenido un guía. Eso fue un reto", dijo Durand. "Fue difícil porque la coordinación entre dos personas, moviendo los brazos y los pies desde el inicio de la carrera, es un poco complicada.

"Nos entrenamos, perseveramos y llegamos hasta donde estamos ahora. Creo que no podré encontrar un guía como él en ningún otro sitio". 

Más rápidos juntos

Su sólida relación es lo que ha permitido a Durand y Kindelan saborear juntos la gloria, y el dúo ya apunta a un terreno aún más alto. 

"Nos llevamos bien, nos entendemos, tenemos muchas cosas en común. Tenemos casi la misma edad. Compartimos intereses", afirma Kindelan. "Creo que la clave del éxito es llevarse bien, entenderse y tener esa sincronización dentro y fuera de la pista". 

Durand se centra ahora en los Juegos Parapanamericanos 2023 en Santiago de Chile y en la clasificación para el Campeonato Mundial de Para Atletismo 2023 en París. 

"Me considero una atleta realizada en el deporte Paralímpico. Veo que mi vida en el deporte ha sido muy satisfactoria y con excelentes resultados", dijo. "Mi carrera aún no ha terminado. Mi objetivo es mantener mi estatus".

Madre en una misión   

A menos de dos años de los Juegos París 2024, Durand también se inspira en su hija Ericka y atesora su tiempo como madre. 

Equilibrar una carrera atlética y la maternidad fue todo un reto al principio, pero ahora la campeona de velocidad ha encontrado su ritmo.

"Llevo una vida normal", dice.

Durand's next big goal is to perform well at the Santiago 2023 Parapan American Games. @Alex Pantling/Getty Images

Todos los días, la atleta se levanta temprano y prepara la comida de Ericka para el colegio. Luego la lleva al colegio y entrena de tres a cuatro horas. Después de recoger a su hija, cocina y limpia en casa, y descansa su cuerpo. 

Aunque Ericka no hace deporte, apoya la preparación de su madre para las competiciones y a veces ve los entrenamientos.   

"Tener a Ericka en mi vida ha sido una bendición", dice Durand. "Tenerla en mi vida me ha dado muchas más ganas y fuerzas para seguir adelante con el deporte porque siempre quiero que esté orgullosa de mí".