Campeonato Mundial París 23: Relajarse es clave para estrella griega Ghavelas

Cada atleta necesita encontrar su propia manera de relajarse y desconectar antes y después de los grandes acontecimientos. La mayoría encontrará la paz en un complejo vacacional, en una escapada urbana o incluso en un campamento de equipo. Es una historia familiar para muchos.

"Voy al monasterio cuando quiero recargar pilas. Está en la isla de Andros, donde me gusta ayudar a los monjes y relajarme. Y me quedaré allí porque están muy contentos de recibirme. Me han pedido que me quede", dijo Athanasios Ghavelas.

Ghavelas no es como la mayoría de los atletas. Nunca lo ha sido, y no quiere serlo. ¿Y por qué iba a serlo? Ser un hombre único no le ha hecho ningún daño hasta ahora.

Antes de hablar, Ghavelas vuelve a entrenarse, esta vez en la sede que acogió el atletismo en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Atenas 2004. Ahora se ha detenido en la sede del Comité Paralímpico Griego. Después seguirá trabajando para su tesis de psicología en la Universidad de Atenas. Resulta fácil comprender por qué necesita ese tiempo en el monasterio para recargar pilas.

La relajación es la recompensa al rasgo de carácter que le ha hecho llegar tan lejos.

"Quería ser campeón olímpico", recuerda Nasos. "Corría, hacía skate, baloncesto, fútbol, gimnasia... ¡de todo! Simplemente me encantaba el deporte. Y mis padres me apoyaban, podía hacer lo que quisiera. También hice gimnasia, y eso me ayudó a entender mi cuerpo cuando perdí la vista".

Un cambio inexplicable

Durante los 10 primeros años de la vida de Ghavelas, fue la viva imagen de la salud y la buena forma física. Pero fue un día en el colegio cuando él y sus profesores notaron un cambio que ninguna de las dos partes acababa de entender.

"Leía en clase, pero empezaba a resultarme muy difícil. Y la profesora pensaba que yo era un mentiroso porque semanas antes era muy rápido, y ella no lo entendía. Y tampoco podía verla a los ojos. Perdí rápidamente la visión central y luego la periférica. Intentamos averiguar qué pasaba porque solo tenía 10 años".

La pérdida de visión de Ghavelas a una edad tan temprana supuso una encrucijada tanto para él como para su familia. Pero al haber conservado amistades, intereses y, lo que es más importante, ambición, era el mismo joven que emergería del otro lado de este tiempo. 

"Nunca iba a dejar nada. Me encantaba el deporte, lo seguía. Quería correr, quería hacerlo bien. La pérdida de visión no me detuvo, no frenó mis sueños ni mi concentración. Y cuando tenía 15 años, fui a una pista de atletismo para las carreras escolares, que es donde conocí a mi entrenador. Y seguimos juntos (ocho años después). Tuvimos una conversación en la que él simplemente me preguntó qué quería, y yo le dije: 'Hazme campeón Paralímpico'".

Ambición 

La ambición es lo que impulsa constantemente a Ghavelas. Poco después de encontrar a su entrenador y comprender su dirección, recuerda un día en el que decidió salir temprano de la escuela para reunirse con su padre.

"Fui a su trabajo y le dije: "Quiero decirte algo. Quiero seguir mi sueño de hacer atletismo". Y antes de que me preguntara, le dije que también iría a la universidad a estudiar, no solo a hacer deporte. Y él estuvo conmigo, solo me dijo 'dime todo lo que necesites, y yo estoy contigo'".

Aquella conversación fue el primero de una serie de obstáculos hacia la cima para Ghavelas. En realidad, sabía que esos obstáculos llegarían incluso antes de perder la vista, con la certeza de que llegar a la cima del deporte no era tarea fácil. Pero, sobre todo a partir de los 10 años, con una nueva serie de obstáculos que superar, éstos parecían hacerse cada vez más pequeños en su mente.

"No es un problema, es tu elección lo que quieres hacer. Creo que todos los Para atletas representan eso. No son cosas que nos detengan, son obstáculos. ¿Cómo puedes ser mejor? No veas los obstáculos. Cuando la gente me pregunta cómo salto estos obstáculos, simplemente digo "cierra los ojos. No vas a verlos". Sigue a tu cerebro".

Seis años después de aquella conversación con su padre, Nasos era campeón Paralímpico y plusmarquista mundial de los 100m T11.

El hombre a batir

Antes de Tokio 2020, Ghavelas mostraba ambición en la pista, pero sus resultados no dejaban entrever a un hombre que saldría de los Juegos convertido en héroe nacional. En el Campeonato Mundial de Para Atletismo Londres 2017 no logró superar su eliminatoria y se clasificó 13º en la general. En Dubai 2019 acabó en octava posición. 

"Cuando empecé con mi entrenador, la atención siempre se centraba en una medalla de oro. Toda tu vida gira en torno al deporte, en torno al estadio. Él me enseñó a trabajar, a vivir, a triunfar a nivel Paralímpico. Escuchaba todo lo que me decía. Y para Tokio, no sé qué decir... ¡Me estoy poniendo sentimental! El sueño se hizo realidad.  Y no sé si lo entiendo. No quiero parar solo en Tokio, estoy trabajando para [más]. 

Poseedor de un oro Paralímpico y de un récord mundial de 10.82, Ghavelas llega a los tres próximos grandes campeonatos como el hombre a batir y como un atleta que no hace más que mejorar.

Preparándose para el Campeonato Mundial

Los próximos meses serán apasionantes para Ghavelas. Su tesis -que trata sobre la psicología de los atletas de élite- estará terminada para cuando leas esto, y lo más probable es que tenga su diploma. Y en el deporte, está el pequeño asunto del Campeonato Mundial que se celebrará a finales de este año en París, la misma ciudad a la que volverá en 2024 para defender su título Paralímpico.

"El entrenamiento ahora mismo, es mucho. Dos entrenamientos al día, fisioterapia en medio para llegar en forma al Campeonato [Mundial]. El programa [específico] es para ellos, y luego el completo es para los atletas Paralímpicos de París".

Francia dos veces y otra vuelta a Japón el año que viene para el Campeonato Mundial de Kobe, todo apunta a 12 meses que pasarán a la historia del Para Atletismo. Y Nasos promete estar en el centro de todo ello. Pero entre el trabajo, el estudio y los viajes, se aprovechará la oportunidad para refrescarse. Y con la isla de Andros a un paso, puede estar seguro de que aprovechará al máximo una técnica de preparación que a nadie más se le habría ocurrido.