Lauren Parker: "Nunca digas que no puedes"

Australiana sienta nuevo precedente para todos los Para atletas en cuanto a entrenamiento y trabajo duro 15 Jun 2020
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Woman in racing chair crosses finish line tape
Lauren Parker tras ganar el título mundial PTWC en Lausanne, Suiza
ⒸDelly Carr | ITU Media
By Gaurav Joshi | For the IPC

Lauren Parker nunca olvidará ese terrible día en el Royal North Shore Hospital. Fue en abril de 2017 cuando el cirujano que la había operado entró y dio la desmoralizante noticia.

"Me dijo que tenía de 0 a 1 por ciento de posibilidades de volver a caminar." La respuesta de Parker fue contundente: "Dije que se fuera".

Parker tenía 29 años; era una triatleta profesional, recorría el mundo y competía en varias carreras. Entonces, en una brillante y soleada mañana de abril mientras se preparaba para la competición local de Ironman, ocurrió una tragedia.  

Conduciendo su bicicleta a 45 km/h, los dos neumáticos se rompieron causando que se estrellara contra la barandilla. El accidente dejó a Parker con un pulmón perforado, costillas, omóplato y pelvis rotos, y una médula espinal dañada. Pero fueron esas palabras de horror del cirujano las que cambiaron su vida.

"No podía aceptarlo entonces e incluso ahora, sigo sin aceptarlo", dijo. Parker pasó los siguientes tres meses en el hospital y otros tres en rehabilitación.

"Fue frustrante, no sólo físicamente sino también emocionalmente, fue agotador".

Desde niña, a Parker siempre le gustó el agua. Así que cuando se le permitió entrar en una piscina como parte de su rehabilitación, fue un momento decisivo. "Solía nadar 16km al día a veces y competía en muchas carreras juveniles. Fue vivificante entrar en la piscina de nuevo".

Un hombre que estuvo al lado de Parker durante esos meses tumultuosos fue Brad Fernley. 

El entrenador de 58 años estaba grabando al lado de la piscina a Parker siendo bajado a la piscina y tratando de nadar por primera vez después del accidente. Sería otro momento crucial en la vida de este último.

Unas cuantas charlas motivacionales de Fernley habían convencido a Parker de que aún le quedaba una carrera deportiva por delante. Unas semanas más tarde, Parker se retiró de la rehabilitación y voló a San Diego donde fue invitada a asistir al triatlón de atletas con discapacidad mientras aparecía en un programa de radio desde su cama en el hospital.

"Ir a San Diego me abrió los ojos. Había personas mucho peores que yo que seguían compitiendo en el triatlón. Había niños sin brazos ni piernas, sólo corriendo con sus pulgares y ahí es donde decidí que también podría volver al deporte que amaba".

Parker regresó a casa y junto con Fernley elaboró un plan de entrenamiento. Tal fue el impulso de Parker que se clasificó para los Juegos de la Commonwealth 2018 desde su primera carrera. Para colmo, ganó el bronce en los Juegos. Como dice Fernley, "Parker ha sentado un nuevo precedente para todos los Para atletas en términos de entrenamiento y trabajo duro".

Parker no tiene reparos en admitir que está obsesionada con el entrenamiento o como ella dice, "es mi escape de la realidad". Rara vez se sienta en el sofá de su casa y ve la televisión. Le encanta tocar la guitarra y siente mayor independencia desde que aprendió a conducir el año pasado. 

"Tengo tanto dolor las 24 horas del día que me cuesta mucho relajarme. No es como si estuviera en el sofá viendo la televisión y estuviera libre de dolor porque no lo estoy. Cerca del 90 por ciento de mi cuerpo siento como si me estuvieran apuñalando con agujas y es horrible, así que siempre necesito tener mi mente ocupada y por eso me gusta tanto entrenar".

El año pasado, Parker reclamó el título mundial en Lausana, Suiza. Se acercó mucho al oro en Tokio, pero todavía hay mucho trabajo por hacer.

"La ruta en Tokio será diferente al del Mundial del año pasado. Hay más rincones mientras Lausana era montañosa, lo cual me benefició. Supongo que en Tokio será más difícil para mí separarme del grupo, pero estoy trabajando en cómo mejorar".

El tatuaje "Kia Kaha" que se traduce como "siempre fuerte" en su antebrazo se parece a la actitud de Parker. Entonces hay un acuerdo de manada entre Parker y Fernley.

"Hemos decidido no decir nunca las palabras 'no puedo'. Eso no es sólo con el entrenamiento, sino con cualquier cosa en la vida", dice Fernley.

Con tanta dedicación, perseverancia y trabajo duro, Parker no va a estar en Tokio 2020 sólo para hacer los números. Pregúntale a Fernley sobre sus posibilidades y la respuesta es contundente, "Lauren Parker ganará el oro en Tokio".