Super Bowl deslumbra, así como jugadores de NFL con discapacidad

Jason-Pierre Paul, de los Tampa Bay Buccaneers, no dejó que la pérdida de su mano derecha le impidiera participar en el Super Bowl LV el domingo 7 de febrero. De hecho, en la NFL, en el pasado, los atletas con discapacidad han alcanzado notables logros.

Antes de Paul, que perdió la mano en un accidente con fuegos artificiales, estaba el difunto Tom Dempsey. Dempsey, que nació sin dedos en su pie derecho y en su mano derecha, marcó un gol de campo ganador que rompió el récord para los New Orleans Saints en 1970. En 2018, los Seattle Seahawks draftearon a Shaquem Griffin, a quien se le amputó la mano izquierda a una temprana edad. 

Para Dempsey y Griffin, el fútbol americano cambió sus vidas de muchas maneras. Y también cambiaron las vidas de otros y del juego. 

GRIFFIN INSPIRA A UNA GENERACIÓN

A lo largo de sus tres temporadas en la NFL, Griffin ha relatado su experiencia a través de varias plataformas: entrevistas en los medios de comunicación, un impactante artículo para The Player's Tribune e incluso un libro escrito conjuntamente con su hermano gemelo y compañero de equipo de los Seahawks, Shaquill.

Pero hay un motivo que ocupa un lugar especial en su corazón: cuando habla directamente con niños con discapacidad. Gran parte de su trabajo filantrópico ha sido con la Challenged Athletes Foundation (CAF), una organización sin ánimo de lucro que capacita a las personas a través del deporte.

“Cuando Shaquem consiguió su contrato con los Seahawks, nos pusimos inmediatamente en contacto con él para felicitarlo porque era un momento importante para el deporte adaptado”, dijo Laura Wolf Stein, directora de relaciones públicas y marketing de la CAF. “Fue el primer contrato de la NFL para alguien con una discapacidad física, y no hay tantos contratos deportivos profesionales para atletas con discapacidad”.

En abril de 2019, Griffin asistió a una clínica de deportes adaptados de la CAF en el campus de Nike en Beaverton, Oregón, y presentó una beca al atleta local Izzy Turkington.

“Fue increíblemente memorable e inspirador para nuestros atletas verlo ahí arriba como un atleta firmado por Nike, como un jugador profesional de la NFL”, dijo Stein. “[Fue] tremendamente inspirador para los más de 100 niños y adultos con discapacidad física que estaban en ese evento”.

Imagen

ⒸPORTLANDRONE

Uno de esos atletas era Jake Eastwood, que ahora cursa el último año en el instituto Jackson de Seattle, Washington.

“De hecho, me encontré con Shaquem un par de veces”, dijo Eastwood. “Es un hombre realmente genial, es divertido hablar con él. Es genial verlo superar su discapacidad y ser capaz de jugar al más alto nivel que existe, ser capaz de observar a alguien para poder llevarlo al deporte que me gusta, también”.

Ese deporte es el baloncesto en silla de ruedas, que cuenta con programas de alto nivel en los Estados Unidos, en universidades de Missouri, Arizona y Auburn, opciones en las que Eastwood espera jugar. Quiere entrar en el equipo sub-22 y competir algún día en los Juegos Paralímpicos. 

“Lo que aprendí [de los discursos de Shaquem] fue: ‘No te rindas’ y ‘No importa qué, aunque tengas una discapacidad de cualquier tipo, puedes hacer lo que quieras si te esfuerzas y te lo propones’”, dijo Eastwood. “Obviamente, le funcionó, y es realmente genial verlo”.

DEMPSEY Y “THE KICK”

Imagen

ⒸGetty Images

Dempsey jugó en la NFL durante 11 temporadas. Pero ese año con los Saints fue histórico. 

El 8 de noviembre de 1970, Dempsey hizo “The Kick”, un gol de campo de 63 yardas que se convirtió en el más largo jamás registrado. Mantuvo el récord hasta que Matt Prater lo batió en 2013. 

Dempsey pateó con su pie derecho utilizando un calzado que presentaba una zona de dedos aplanada y una superficie frontal ampliada. Anteriormente, utilizaba un calcetín, un plástico y una cinta adhesiva. 

“Decían que tenía plomo en el calzado, algún tipo de goma que rebotaba, todo tipo de cosas”, explicó Bill Bergey, antiguo linebacker de los Philadelphia Eagles que fue compañero de equipo de Dempsey entre 1971 y 1974. “Hicieron todo lo posible para que pareciera que estaba haciendo algo ilegal, y no lo estaba en absoluto”.

Bergey le preguntó a Dempsey cómo se sentía al respecto. “Le dijeron que eso era una ventaja para él”, recordó Bergey. “Y él dijo: ‘Quiero que la NFL me diga que no puedo hacer eso porque los demandaré’. Se enorgullecía de llevar esa bota en el calzado, y nadie le iba a impedir hacerlo”.

La NFL elaboró la Regla Tom Dempsey, que en 1977 establecía que “cualquier calzado que lleve un jugador con un miembro artificial en su pierna de pateo debe tener una superficie de pateo que se ajuste a la de un calzado normal de pateo”.

Dempsey no pareció inmutarse, y Bergey lo describió como un compañero de equipo que nunca esquivó la dureza de la competencia.

“Nunca olvidaré la forma en que bajaba en la patada de salida: no le importaba la fuerza con la que golpeaba a nadie”, dijo Bergey. “La mayoría de los pateadores de la NFL patean el balón y corren hacia la línea de banda, no quieren ser tocados. Pero Tom Dempsey quería meterse allí. Lo he visto dejar fuera del campo a un par de jugadores que tuvieron que ser ayudados después de que los golpeara, y parecía que también disfrutaba haciéndolo. Eso es lo que le convirtió en un compañero de equipo tan especial”.

“Valoro por lo que tuvo que pasar Tom y cómo llegó a donde llegó”, dijo Bergey. “Sé lo que se necesita para llegar allí, y es una propuesta difícil. En ese sentido, puedo decir que tengo el máximo respeto por Tom Dempsey”.