Fabio Torres en una misión solidaria

Powerlifter colombiano entrega alimentos a los más necesitados en Bogotá durante el brote de COVID-19 14 May 2020
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Colombian powerlifter Fabio Torres
Mientras ayuda a su Colombia en la lucha contra el COVID-19, Fabio Torres continúa entrenando con miras a Tokio 2020
ⒸGetty Images
By Santiago Menichelli

Espalda fornida y brazos robustos se esconden debajo de una chaqueta blanca en cuyo revés se lee ‘Colombia’. Su boca, tapada con una mascarilla blanca. Una prótesis en la pierna izquierda se hace visible apenas baja de su vehículo. 

Fabio Torres levanta el maletero de su automóvil. Llueve y es de noche. Adentro hay decenas de bolsas con alimentos, que toma con sus manos cubiertas de guantes de látex celestes. Las deposita en las manos de una familia que sabe que necesita ayuda durante la cuarentena. Les informa que es de parte de su fundación 'Gestión, Amor y Vida', y recibe palabras de agradecimiento. 

Se marcha con miradas de admiración. Lleva casi 10 horas repartiendo y aún le resta visitar uno o dos hogares más antes de regresar a casa, donde lo esperan su mujer Arelis —quien lo ayudó a organizar la jornada— y sus seis hijos.

Misión solidaria

En febrero de este año, Fabio Torres y su esposa Arelis Cantillo Villegas dieron nacimiento a una fundación llamada ‘Gestión, Amor y Vida’. La idea original era “asistir a personas con discapacidad, adultos mayores y niños de bajos recursos” de los distintos barrios de Bogotá. El surgimiento de la pandemia azotó su presupuesto, pero no detuvo su accionar. 

Fabio y Arelis siguen saliendo, cuando las indicaciones gubernamentales lo permiten, a entregar alimentos a aquellos que más los necesitan. “Lo estamos haciendo para que mucha gente que vive del día a día, que vendía frutas o empanadas en la calle y ya no lo puede hacer, tenga algo para comer”.

“Hay mucha gente con discapacidad que también es deportista, y les damos una mano. Lo hacemos sin descansar, pero ahora necesitamos apoyo o colaboraciones de todos los que puedan para seguir ayudando a más gente”, afirma Torres. Aquellos que quieran donar, explica, deben contactarse con la fundación a través de su cuenta de Instagram (@fungestionamoryvida).

“Entregamos alimentos: arroz, aceite, pollo, huevos. Los llevamos directamente a la casa de la gente. Sabemos que son muchos los que los necesitan porque en este momento no pueden salir a trabajar. Además, muchos niños andan descalzos y mal comidos”.

Todavía falta mucho para que el medallista mundial y Parapanamericano se sienta satisfecho con lo conseguido por la fundación, pero su ilusión está en marcha. Al igual que en diciembre último, cuando hizo una repartición de juguetes en La Tola, el pequeño pueblo de la costa del Pacífico en el que nació 44 años atrás, Fabio sale a hacer las entregas con la campera de Colombia que lo identifica como deportista Paralímpico.

Pregona la solidaridad y quiere llevar el mensaje que destila su exitosa carrera: “Quiero que vean que sí se puede”.

El sueño de Tokio 2020

En cuarentena, Torres se sigue preparando unas tres horas diarias para rendir al más alto nivel. Tiene materiales para hacer pesas y entrenamiento cardiovascular en el garaje de su casa. A lo que ya tenía, sumó equipamiento aportado por el Comité Paralímpico Colombiano y las Fuerzas Armadas.

Cada viernes su preparador físico controla su progreso por videollamada.

Cuando la pandemia detuvo el curso normal de las actividades en su país, el atleta estaba concentrando para una fecha de la Copa del Mundo que se iba a disputar en Bogotá del 19 al 22 de marzo. Tenía su pasaje para los Juegos Paralímpicos de Tokio desde 2019, cuando efectuó su mejor registro hasta la fecha en el Campeonato Mundial de Kazajistán, con 225kg.

Más recientemente, demostró estar en buena forma al ganar el título masculino de la primera Serie de Copas del Mundo Online presentada por BIGSER, compitiendo desde su casa.

“Era muy especial, hubiera sido muy bueno para mí la fecha en Bogotá. Estaba en un buen nivel”, se lamenta. 

Respecto de la postergación de los Juegos para 2021 y sus ambiciones, señala: “Ahora todo cambia porque en un año pueden pasar muchas cosas. No puedo saber exactamente cuánto tendría que levantar. Mi categoría es muy dura, no es de confiarse. Pero, por cómo se ven las cosas desde 2017 hasta 2019, mi objetivo es estar en el podio. No llevo hambre de oro; si se consigue, bendita sea, pero el objetivo es estar en el podio”.