Francesca Bosio y la revolución italiana en vóleibol sentado

Italia comenzó a practicar el deporte apenas seis años atrás; ahora ya son cuartas en el mundo y subcampeonas europeas 08 May 2020
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three female Italian sitting volleyball players celebrate on the court
En su primer Mundial en 2018, Italia finalizó en una celebrada cuarta posición
ⒸWorld ParaVolley
By Santiago Menichelli

Italia golpeó el tablero del vóleibol sentado femenino mundial en noviembre de 2017, cuando hizo su estreno en el Campeonato Europeo tres años después de haber iniciado el desarrollo del deporte.

En Porec, Croacia, comenzaron su camino con un importante triunfo 3-0 sobre Alemania. Esta primera y valiosa experiencia las vio finalizando en séptima colocación. Pero fue al año siguiente que realmente empezó a brillar el equipo italiano, en el Campeonato Mundial en los Países Bajos.

Luego de imponerse a Eslovenia y a Irán en la primera ronda, Italia avanzó a cuartos de final. Allí causaron una sorpresa mayúscula al dejar sin nada a las dueñas de casa en Rotterdam. Aquel 3-2 final determinó que las neerlandesas no pudieran terminar entre las primeras cuatro por primera vez en la historia de los Mundiales.

Las debutantes cayeron luego en semifinales frente a las campeonas Paralímpicas Estados Unidos por 3-0 y ante el entonces campeón mundial vigente China por el mismo resultado en el partido por el bronce. 

El sueño más grande se hace realidad


Italia ya no era una sorpresa cuando Budapest alojó el Campeonato Europeo 2019. Aún así, todos quedaron boquiabiertos tras la contundente victoria 3-0 frente a la siempre difícil Alemania en las semifinales.

Francesca Bosio marcó 25 puntos en el partido que les dio a las italianas el pase a su primera final europea y, más importante, el ticket para los Juegos Paralímpicos Tokio 2020. Su carácter dentro de la cancha y su temible saque —fue autora de 15 de los 25 aces del equipo— la posicionaron como una de las mejores jugadoras del planeta. 

Rusia se quedó con el oro continental tras ganar en tres sets en la final, pero eso no opacó el mérito ni la alegría de las italianas.  

“Cuando jugué por primera vez al vóleibol sentado, nunca hubiese imaginado que tan solo cuatro años más tarde estaríamos clasificadas para los Juegos Paralímpicos. Para mí, la clasificación es un sueño hecho realidad”, reconoce Bosio. 

“Hemos trabajado muy duro para conseguir este boleto. Cada uno de los entrenamientos que hicimos en estos cuatro años han sido necesarios para estar listas para Tokio 2020”.

Mirando el futuro con ilusión


Desde que comenzaron, cuenta Bosio, “el equipo ha cambiado un poco pero el núcleo es el mismo. Nos llevamos muy bien dentro y fuera de la cancha y estoy muy feliz de formar parte de este grupo porque creo que cada una tiene el objetivo de mejorar lo más posible para estar listas para competir contra los equipos más fuertes del mundo. Las chicas son muy divertidas y humildes y disfruto de pasar tiempo con ellas”.

“Creo que en Italia el vóleibol sentado no es tan conocido como otros deportes Paralímpicos, ni tan practicado”, afirma. A pesar de eso, Italia es hoy una potencia mundial: “La razón principal por la que nos volvimos un equipo fuerte en un período corto de tiempo es que entrenamos muy duro. Además, tenemos un staff muy bien preparado detrás de nosotras y debemos agradecer a la Federación Italiana por el apoyo que nos dio y la posibilidad de entrenar”.

Francesca tiene hoy 26 años y se esperanza con que lo mejor aún está al caer. “Estoy creciendo y lo que quiero es poder jugar algunos años más al vóleibol y siempre divertirme al hacerlo. En el vóleibol sentado quiero dar lo mejor durante los Juegos Paralímpicos y en los años por venir”.