Sabine Ellerbrock le dice adiós al tenis

Tenista en silla de ruedas alemana y ex número 1 del mundo pone fin a exitosa carrera 06 May 2020
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German wheelchair tennis player Sabine Ellerbrock
Sabine Ellerbrock alcanzó la primera colocación del ránking mundial en 2013
ⒸLuc Percival
By Santiago Menichelli

Luego de una carrera de ensueño en el tenis en silla de ruedas, la alemana Sabine Ellerbrock anunció su retiro de las canchas. Fue una decisión que venía madurando hacía varios años. Algunos dirían que desde 2013, año en el que se convirtió en la número 1 del mundo. Paradójicamente, fue también el inicio de grandes penurias.

La revelación

Si bien tenía la madurez necesaria en lo deportivo —había ganado 26 títulos en singles—, descubrió que no se sentía cómoda llevando ese pesado cartel. “Se había cumplido una de mis más grandes metas”, narra. “Pero sentí más presión. Todos los que han estado en esa situación saben que es más fácil escalar en el ránking que defender el puesto 1”.

“Desde ese momento, plantee mis objetivos de manera diferente: intenté mantenerme lejos de los números del ránking y enfocarme más en explotar mi propio potencial”.

Tras aquella temporada de ensueño, Sabine se dio el gusto de quedarse con el Abierto de Australia 2014. En la final venció a la japonesa Yui Kamiji en tres sets. Estaba en el pináculo de su carrera cuando debió entrar al quirófano.

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Sabine Ellerbrock
Ⓒ British Tennis

Luego de aquella operación desarrolló un trastorno de estrés postraumático. “Era la número 1 del mundo cuando entré al hospital y era incapaz de pasar la pelota por sobre la red cuando salí. Poca gente sabe que tuve que reaprender todos los movimientos complejos después de eso”, revela.

La entonces mejor tenista del mundo pasó “por varios períodos de gran depresión”, pero les hizo frente y continuó participando de los torneos más importantes.

En 2017, le amputaron la parte baja de su pierna derecha. Cuatro meses después, venció a Kamiji, que en ese momento era la número 1 del ránking, en las semifinales de Wimbledon. “Gané 7-6 en el tercer set y con un entrenador nuevo, Ingo Herzgerodt. Esa semifinal fue uno de los mejores partidos que jugué jamás”.

Tal como se había prometido a sí misma, Ellerbrock intentaba descubrir cada día su máximo potencial, pero algo se iba apagando poco a poco. 

Decisión del retiro

Tres años después de aquel momento, y alternancias entre buenos y malos resultados, Ellerbrock determinó poner fin a su carrera.

“Hasta noviembre del año pasado, siempre tuve un plan estricto para 2020: mi objetivo era terminar mi carrera en Tokio”, confesó la alemana. El desgaste generado a partir del trastorno de estrés postraumático la obligó a interrumpir su planificación y tomar una medida que, a los ojos de quienes no conocen su historia, parecía drástica: su retiro.

“Perdí la diversión dentro de la cancha en los torneos”, reconoce. “De mi carrera guardo muchos momentos maravillosos y grandes personas en mi corazón. Pero también conocí la cara más brutal de la alta competencia deportiva, con algunas situaciones que me afectaron”.

“Claro que extraño los entrenamientos y la gente en mis entrenamientos en Hannover, así como extraño demasiado el tour. Pero creo que esta es la única decisión que podía tomar, incluso cuando era una muy muy dura y con la cual todavía estoy lidiando emocionalmente”.

Para Sabine fue “un gran privilegio tener la posibilidad de viajar por todo el mundo y conocer a tanta gente”. También es consciente de cuánto la ha ayudado el deporte “a lidiar con mi discapacidad y a incentivar a otros, ayudarlos a empezar y también ser un modelo a seguir para mis estudiantes”.

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Sabine Ellerbrock
Ⓒ Luc Percival

A sabiendas de su vocación por la enseñanza, algunas personas le han preguntado si está interesada en ser entrenadora: “Digo que siempre estoy feliz de ayudar a otros con mi experiencia, pero en este momento no estoy segura de la forma en que lo haré”.

Planeando el futuro

Ellerbrock asegura que “el tenis en silla de ruedas es un gran deporte y fascinante. La inclusión se puede implementar al 100%”. Sin embargo, por el momento necesita “algo de distancia”. Mientras tanto, hace pintura con acrílicos —un pasatiempo que descubrió en sus tantas estadías en hospitales— y descubre sus condiciones en nuevos deportes.

“No puedo vivir sin el deporte, eso es seguro”, dice esta atleta que también supo practicar baloncesto, fútbol, maratón y windsurf, en algunos casos en alto nivel. “He estado jugando al tenis de mesa con mi pierna prostética y volví a practicar ciclismo en la calle. Disfruto de hacer esto, pero la gente que me conoce sabe que yo hago las cosas de manera completa o directamente no las hago. Siento curiosidad por descubrir cuán grande es mi potencial. Veremos cuán lejos puedo llegar”.

Es imposible descartar la idea de ver en poco tiempo a Sabine Ellerbrock compitiendo en grandes eventos de tenis de mesa o en los circuitos más importantes del ciclismo internacional. El deporte es su vida y se acaba de completar un capítulo, pero su historia aún no está terminada.