Bhuta desea inspirar a próxima generación tras retirarse del rugby en silla de ruedas

Cuando Ayaz Bhuta recibió la medalla de oro en rugby en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, en su mente el atleta británico estaba recordando su larga trayectoria en el deporte, incluidos todos los contratiempos a los que se enfrentó.

En los primeros meses de su carrera en el rugby en silla de ruedas, a Bhuta le dijeron que su estatura podría ser demasiado pequeña para triunfar a nivel internacional. En su debut Paralímpico en Río 2016, Gran Bretaña no logró pasar a la fase eliminatoria.

Pero al alcanzar el escalón más alto del podio en la capital japonesa, Bhuta supo que todos los sacrificios habían merecido la pena.

"Como nunca había tocado una medalla Paralímpica de ningún color, cuando nos entregaron la medalla me sorprendió lo pesada que era y lo especial que era", dijo el atleta de 33 años.

"Creo que estaba llorando cuando recibí la medalla porque me recordó mi camino de decepción", añadió. "Ese momento hizo que mereciera la pena después de tantos años".

Tras bajar el telón de sus 12 años de carrera en diciembre de 2022, Bhuta ya no piensa en su "viaje de decepción". En su lugar, se centra en cómo ayudar a los jóvenes atletas de rugby en silla de ruedas a triunfar y en cómo derribar barreras dentro de su propia comunidad.

Cómo empezó

Bhuta, que nació con el síndrome de Roberts, una rara enfermedad genética, recuerda sus problemas con la falta de confianza en sí mismo durante los años de universidad. Empezó a jugar al baloncesto en silla de ruedas para superarlo y recuperar la salud física y mental.

"Vengo de una comunidad, la sudasiática, donde la discapacidad no se trata tan bien o hay muchos prejuicios e ideas equivocadas. Así que cada vez que salía, me miraban mal", cuenta Bhuta. "Engordé mucho y una forma de salir de ello fue buscar una actividad y encontré el baloncesto en silla de ruedas. 

"Me encantaba. Era algo que me hacía mucha ilusión y (perder) peso. Perdí mucho peso".

Bhuta jugaba en el equipo de un club local, viajaba por toda Gran Bretaña y el deporte de equipo se convirtió en una forma de aumentar su confianza.

Más tarde se pasó al rugby en silla de ruedas porque le gustaba el aspecto físico del deporte, sobre todo el hecho de que a los atletas se les permitiera chocar contra las sillas de ruedas de los demás, algo por lo que a menudo se lo penalizaba cuando competía en baloncesto en silla de ruedas.

Apenas unos meses después de iniciarse en el rugby en silla de ruedas, Bhuta fue convocado para representar a Gran Bretaña en un torneo celebrado en Australia en 2010. Compitió en el evento, pero aún recuerda las palabras desalentadoras que le dijo uno de sus entrenadores después. 

"Después del torneo me dijeron que llegaba demasiado tarde, que era demasiado pequeño. Todavía podía jugar en el club, pero en GB era un poco más complicado", explica.

"Me lo han dicho toda la vida: "No puedes hacer esto, no puedes hacer deporte, no puedes conducir, no puedes hacer nada". Pero te las arreglas para demostrar que esa gente se equivoca. Y este fue un ejemplo más. La mejor lección es que lo disfruté, encontré algo que me gustaba".

Haciendo historia

Bhuta ascendió al equipo de desarrollo de Gran Bretaña en 2012. Cuatro años después, compitió en los Juegos Paralímpicos Río 2016, donde su equipo quedó quinto tras acabar la fase de grupos con una victoria y dos derrotas.

Después de Río, la selección británica se esforzó por reconstruir su cultura de equipo y trabajó como tal incluso cuando se entrenaba individualmente durante la pandemia de COVID-19. Se centraron en ganar la primera medalla británica de rugby en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, que se disputaron entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre de 2021.

En Tokio, Gran Bretaña derrotó al favorito local, Japón, por 55-49 en las semifinales para asegurarse un puesto en el podio, antes de vencer a los Estados Unidos en el partido por la medalla de oro.

"El mejor momento fue que celebramos esa victoria en semifinales como si fuera una medalla de oro, porque hicimos historia", dijo Bhuta. "Fui uno de los dos primeros atletas en entrar en el vestuario (después del partido) y luego todos fueron entrando uno a uno. No hacíamos más que festejar.

"Pero luego dejamos de celebrarlo y nos dijimos: 'Mañana tenemos que ganar la medalla de oro'". 

En la final contra los Estados Unidos, Bhuta recuerda haberse dicho a sí mismo que mantuviera la calma y no se excitara demasiado en el último cuarto. Gran Bretaña ganó el partido 54-49.

¿Y ahora qué?

Quince meses después de los Juegos de Tokio, Bhuta decidió que era "el momento adecuado" para retirarse y dejar paso a una generación más joven de jugadores.

Ahora, el campeón Paralímpico espera formar a jóvenes talentos, del mismo modo que sus entrenadores lo ayudaron a él al principio de su carrera. Entrena al equipo de su club, el West Coast Crash, y también apoya al equipo GB Talent, un grupo de jugadores de la próxima generación.

Bhuta también es activo fuera del ámbito deportivo. Después de retirarse, planea viajar por Gran Bretaña para dar discursos públicos con el fin de cambiar la percepción que se tiene de las personas con discapacidad, especialmente en su propia comunidad.

"(En mi comunidad) la educación sobre la discapacidad no es buena", dice Bhuta. "Quiero seguir educando a la gente de mi comunidad sobre la discapacidad y que todo es posible.

"Se trata de derribar esa barrera".