Sheina Vaspi, lista para hacer historia con Israel

La emoción de la esquiadora Para alpina de 20 años Sheina Vaspi es palpable, y no puede esperar a estar en Beijing.

Es comprensible, ya que será la primera Para atleta israelí en competir en los Juegos Paralímpicos de Invierno.

"Estoy muy emocionada y me siento muy orgullosa y afortunada de representar a Israel por primera vez en unos Juegos Paralímpicos de Invierno. Es un gran honor para mí, y no puedo esperar a estar allí", dijo Vaspi antes de Beijing 2022, que comienza el 4 de marzo. 

Vaspi, oriunda del Valle de Hula, en el norte de Israel, tenía tres años cuando sufrió un accidente de coche y le tuvieron que amputar la pierna izquierda.

Judía ortodoxa criada en una familia jasídica lubavitch, está muy arraigada a sus tradiciones. Sin embargo, la familia quiso apoyar las aspiraciones de Vaspi cuando se interesó por este deporte hace cuatro años.

"No sabía nada del esquí hasta que lo probé por primera vez cuando tenía 16 años. Esquié durante unas horas y me gustó. En Israel, la temporada de esquí es muy corta, así que no estás esquiando todo el año", revela Vaspi, que atribuye su crecimiento en el deporte al apoyo que recibió de su familia y amigos.

El punto de inflexión para Vaspi llegó cuando la Asociación Erez de Israel, una organización para personas con discapacidad de las fuerzas de defensa israelíes y la Asociación Deportiva para Personas con Discapacidad, le ofrecieron ayudarla a perfeccionar sus habilidades de esquí permitiéndole participar en sus actividades de esquí en el Monte Hermón.

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"La Asociación Erez y la Asociación de Deportes para Personas con Discapacidad me ayudaron a prepararme para el esquí competitivo. Tuve que trasladarme a Colorado, Estados Unidos, para entrenar, donde pasé al menos la mitad del año.

"No fue fácil, ya que solo sabía hebreo y, por lo tanto, un nuevo idioma, y luego seguir tus creencias religiosas y tu tradición estando lejos de casa fue un reto", recuerda Vaspi, que a diferencia de otros atletas lleva una falda sobre sus pantalones de esquí teniendo en cuenta su código de vestimenta religiosa.

Vaspi también intenta asegurarse de no esquiar los viernes y de cumplir el Shabat (una práctica ritual esencial).

"Según nuestra costumbre, cumplimos el Shabat y no me entreno ni compito ese día. Y sí, se hace muy difícil cuando hay competencias importantes en Shabat.

"Valoro mucho mi religión y aprecio mucho a mis entrenadores que lo entienden y me apoyan. Me siento bendecida por poder seguir practicando mi religión y a la vez hacer deporte. Quiero demostrar que eso no debe detenerte, al contrario, uno puede aferrarse a su fe y convertirla en una ventaja también en el deporte", afirmó Vaspi.

En Colorado, Vaspi se dio cuenta enseguida de lo diferente que era esquiar por ocio y por competición.

"Eran dos mundos diferentes el esquí de diversión y el de competición. Pero me encantaba y quería aprovechar al máximo mi tiempo allí en Colorado", dijo Vaspi, que, para aprovechar lo mejor posible su presencia en Beijing, está trabajando duro bajo la tutela del reputado Scott Olson.

"Scott se encargó de que me instalara rápidamente y nos conectamos bien de inmediato. Lo bueno es que desde el primer día que salí a la montaña, él creyó en mí y el objetivo de ambos era estar en Beijing 2022.

"Tengo la suerte de tener a Scott a mi lado en todas las competencias y el hecho de que vaya a estar conmigo en Beijing me da mucha confianza", dijo Vaspi, que llega a Beijing después de haber debutado en el Campeonato Mundial en Lillehammer, (Noruega, en enero, seguido de la última Copa del Mundo de la temporada en Are, Suecia.

"La verdad es que participar en Lillehammer fue un shock para mí. Fue muy diferente a los entrenamientos y mucho más duro. Nunca había esquiado sobre hielo y al terminar la pista me sentí muy orgullosa de haberlo hecho. Fue una buena preparación para Beijing".

Vaspi también es consciente de que será como sacar un conejo de la galera al competir entre los grandes en Beijing. Sin embargo, por ahora su objetivo es dar lo mejor de sí misma y crear la suficiente repercusión como para inspirar a los atletas de su país a que se dediquen a los deportes de invierno.

"Creo que después de mi participación en los Juegos de Invierno habrá más atletas de Israel. Quiero dar a más gente la motivación para levantarse y atreverse a hacer lo que quieren y dar a los niños la fuerza para creer en sí mismos".