Vóleibol sentado estadounidense se prepara para extender sus éxitos en Tokio 2020

La conversión de Estados Unidos en una potencia del vóleibol sentado no se dio de la noche a la mañana.

Sólo hay que preguntarle a Monique Matthews.

Matthews ha sido una parte clave del plantel femenino después de haber concretado su debut Paralímpico en Londres 2012, ayudando a su equipo a ganar la medalla de plata. Antes de aquella aventura, Estados Unidos había ganado una medalla de bronce y otra de plata en Atenas 2004 y Beijing 2008, respectivamente. En Río 2016 finalmente pudieron celebrar su oro, tomándose revancha de una China contra la que habían perdido las dos últimas finales Paralímpicas.

Pero su preparación de cara a Tokio 2020 ha sido totalmente diferente dado que las integrantes del equipo estuvieron separadas durante gran parte de 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Este año, tuvieron que trabajar para recuperar el tiempo perdido.

"Ha sido lento, especialmente después de tener todo un año de descanso forzado y entrenando en casa porque solo podíamos hacerlo en casa", explicó. "Ha sido un largo y lento proceso, pero probablemente lleguemos a un 80% del nivel que teníamos cuando empezó el aislamiento".

Mientras Estados Unidos se presentará en Tokio 2020 como el principal favorito a ganar el oro, Brasil, Canadá, China, Italia, Japón, Ruanda y China son los otros equipos que tienen asegurada su plaza e intentarán poner en jaque la candidatura estadounidense.

"Creo que hemos fortalecido nuestro armado. Tenemos dos muy buenas armadoras y otra más en camino. Nuestros remates también han mejorado y creo que realmente podemos confiar en las seis jugadoras en la cancha. También tenemos un banco de suplentes más profundo, así que si alguien tiene que salir del juego, no nos tenemos que preocupar mucho porque tenemos recursos en el banco para reemplazarla. Seguimos mejorando año a año y nos empujamos unas a otras para ser mejores".

Matthews cree que uno de los máximos desafíos para el equipo es la probabilidad de competir con unos pocos espectadores en el estadio.

"Me parece que el entorno va a estar muy tranquilo, así que creo que tendremos que aportar mucha más energía y animar más fuerte para tener la sensación de gran público a la que estamos acostumbrados en los Juegos", añadió.

El plantel estadounidense viajará a Países Bajos para un torneo de preparación que disputará entre el 2 y el 4 de julio, donde enfrentarán a rivales internacionales por primera vez en más de un año. China, Brasil y Países Bajos son algunos de los competidores. En este momento, el COVID-19 no se siente como un factor importante, aunque las precauciones siempre están presentes.

"Es como si fuera parte de la planificación del juego, y es muy diferente de cara a estos Juegos porque tenés que prepararte para eso, tanto como para mostrar tu nivel adentro de la cancha", reflexionó Matthews.