Paralympic Games
24 August - 5 September 2021

De la tragedia al triunfo, Tang Xuemei halla su vocación por el voleibol sentado

La jugadora china sobrevive a un terremoto y se transforma en campeona Paralímpica 12 May 2021
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Chinese sitting volleyball team celebrates on the podium after winning gold at London 2012
El equipo chino de voleibol sentado femenino posa tras ganar la final de Londres 2012
ⒸGetty Images
By Tokyo 2020

“Anhelaba vivir”.

Era el 12 de mayo de 2008, 2:28 de la tarde. El mundo alrededor de Tang Xuemei comenzó a temblar.

En la residencia de su escuela, de pronto, se encontró rodeada de una multitud que gritaba: “¡Terremoto! ¡Terremoto!”.

Empezó a correr, pero después de unos pocos pasos el suelo bajo sus pies desapareció y dio un paso hacia el vacío. Sólo duró unos pocos segundos, pero para Tang pareció una vida. Cuando finalmente recobró la compostura, la niña de 14 años estaba inmersa en una total oscuridad, y su pierna izquierda parecía estar atrapada por algo, mientras que su pierna derecha colgaba en el aire.

Por un golpe de fortuna en medio del caos, sobrevivió porque había un tazón en su cabeza y la pared no siguió colapsando sino que milagrosamente formó un marco sobre ella.

Lentamente comenzó a escuchar voces que pedían ayuda a su alrededor. Y poco después escuchó la voz de su papá, que le decía que resistiera mientras iba a encontrar a alguien que la sacara de ahí. 

Tang sabía que su padre encontraría alguien que la rescatara, así que esperó en la oscuridad, pero no sabía cuánto tiempo llevaría. Las voces a su alrededor se apagaron gradualmente, hasta que cayeron en el silencio.

Sabía lo que eso significaba.

En ese momento pensó que seguro moriría. Y pensó en su mamá y su papá.

“Entre la vida y la muerte, sólo piensas en la gente que más te importa”, dijo Tang. “Y pensando en mis padres, supe que no podía morir, tenía que vivir”.

Esperó en completo silencio por casi 28 horas.

Cuando Tang fue finalmente rescatada, su pantorrilla izquierda necesitaba ser amputada. Sus padres dudaban, pensando que su hija tendría que vivir con una sóla pierna sana el resto de su vida, y les costó firmar ese papel para la amputación de Tang.

“Mi mamá y mi papá les rogaron a los doctores que no amputaran mi pierna porque no sabían exactamente cuál sería mi futuro camino, pero yo sabía exactamente cuánto quería vivir después de esperar 28 largas horas allá abajo, aún si me faltara una pierna. Así que les dije: ‘Lo firmaré yo si ustedes no lo hacen, porque quiero vivir’”, recordó Tang. “Mientras estaba ahí abajo, no tenía sed ni hambre, sólo pensaba en que alguien vendría y me sacaría. Anhelaba vivir”.

Encuentro con la realidad

Después de ser rescatada, Tang no tuvo tiempo de procesar el hecho de que había perdido parte de una pierna. En el desastre conocido como Terremoto de Wenchuan hubo 70.000 víctimas fatales y más de 370.000 heridos. Fue el terremoto más mortal en golpear a China desde el terremoto de Tangshan en 1976. Sin embargo, viendo toda la devastación alrededor, Tang se sintió muy feliz de sobrevivir.

Cuando las poderosas emociones de duelo y de shock lentamente cedieron, Tang comenzó a pensar acerca de su futuro. Hubo un momento particular que le dejó muy en claro que habría desafíos por delante.

Una noche en el hospital, Tang quería ir al baño y quería que si madre que la estaba cuidando tuviera una buena noche de sueño. Cuando levantó rápidamente su pierna izquierda, y con su pierna derecha siguiéndola en reflejo, Tang perdió el equilibrio y cayó pesadamente en el suelo.

Yaciendo en el suelo frío, de pronto se dio cuenta de cuál sería su futuro.

Una definitiva moneda de dos caras

Con su discapacidad, Tang se volvió callada y reservada.

Afortunadamente, gracias a la ayuda estatal para los niños afectados por el terremoto, Tang recibió pronto una pierna ortopédica, y la alegría de ser capaz de pararse nuevamente atenuó sus preocupaciones sobre el futuro. 

Pero lo que verdaderamente iluminó la vida de Tang fue el voleibol sentado.

Una vez en Shanghái, participó de un evento organizado para niños y jóvenes con discapacidad, y vio un partido de voleibol sentado. La sonrisa de los jugadores en la cancha la conmovieron profundamente. Para Tang representaba la esperanza de que aquellos que poseen una discapacidad pueden vivir bien y ser autosuficientes.

A pesar de tener tan solo 14 años, Tang ya medía 1,68m, y antes del terremoto, era muy atlética jugando en el equipo de baloncesto de la escuela y al tenis de mesa. Así que cuando tuvo la chance de entrenar con el equipo femenino de Shanghái, aceptó con gusto.

Valoró mucho esta oportunidad y se entregó por completo al deporte.

Después de las sesiones regulares de entrenamiento a la mañana y a la tarde, se imponía a sí misma entrenamientos por la noche, repitiendo lo que no había logrado dominar durante el día. El progreso de Tang fue tan rápido que se unió al equipo nacional un año después y se destacó en el Campeonato Mundial 2010. Luego en 2012 compitió en sus primeros Juegos Paralímpicos, donde ganó el oro.

A pesar de las desgarradoras experiencias que atravesó, Tang cree que es en cambio “afortunada”.

“Soy bastante afortunada, la gente (en China) dice: ‘Vendrán bendiciones después de un gran desastre’. De hecho, para mí, podrá ser un simple cambio de estilo de vida, un cambio de plataforma, y esta plataforma me da un valor más grande. Si no hubiera experimentado el terremoto en 2008 —a veces les digo a mi mamá y mi papá— me habría casado y tenido hijos a los veintitrés o veinticuatro años, y eso es todo”, dijo Tang.

Enterrada entre los escombros, Tang una vez quiso vivir. Después quiso vivir mejor.

Cuando empezó a jugar al voleibol sentado, Tang sólo esperaba poder ser capaz de sostenerse a sí misma. Nunca pensó que terminaría ganando la medalla Paralímpica de oro.

“No esperaba que pasara todo esto, y no esperaba que esta etapa pudiera darme tanto”, dijo Tang Xuemei.

“El voleibol también me cambió. Antes era tímida y no muy conversadora, pero luego, lentamente —porque el voleibol me dio mucha confianza— creo que también encontré mi propia posición en este mundo”.

“Es afortunado poder hacer lo que verdaderamente te gusta”.

Preparándose para los Juegos Tokio 2020

Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos fueron pospuestos un año, y para el equipo chino de voleibol sentado femenino, esto también significó que un año de entrenamiento cerrado se extendiera a dos años. Pero Tang y sus compañeras tuvieron alivio al escuchar las noticias.

“Estamos especialmente preocupadas con la cancelación”, dijo, agregando: “Los Juegos Olímpicos (y Paralímpicos) ocurren una vez cada cuatro años, y es el sueño de todos estar en ese escenario”.

A solo tres meses, Tang y sus compañeras están entrenando duro todos los días.

Este año en Tokio su objetivo es recuperar el título. China es uno de los mejores equipos del mundo y ha tenido una racha ganadora desde la introducción del voleibol sentado en los Juegos Paralímpicos 2004 hasta Río 2016, donde perdieron con su antiguo rival Estados Unidos y se quedaron con la medalla de plata.

A pesar de la incertidumbre que ha causado la pandemia, están trabjando duro. El evento de prueba de voleibol desarrollado a principio de este mes también les dio más confianza.

“Ver que nuestros equipos de voleibol puedan ir a Japón y jugar partidos es un gran alivio. Si pueden ir ahora, también deberían poder ir después”, dijo Tang. “Puedo realmente sentir que se vienen los Juegos”.

El torneo femenino de voleibol sentado en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020 tendrá lugar del 27 de agosto al 5 de septiembre de 2021 en el Hall A del Makuhari Messe.