Al Hussein iniciará participación del Equipo Paralímpico de Refugiados en Tokio 2020

Ibrahim Al Hussein tiene este día marcado en su calendario desde que terminaron los Juegos Paralímpicos Río 2016.

Al Hussein será el primero de los seis miembros del Equipo Paralímpico de Refugiados que competirá en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, cuando se celebre la prueba de 100m braza SB8 esta mañana en el Centro Acuático de Tokio.

Al Hussein hizo historia en Río llevando la bandera en la Ceremonia de Apertura de lo que entonces se llamaba el Equipo Paralímpico Independiente, en el que participaban Al Hussein y un atleta asilado que competía bajo la bandera Paralímpica.

Ahora es uno de los veteranos de un equipo que significa mucho para él.

“El Equipo Paralímpico de Refugiados es más que un equipo, es una familia”, dice Al Hussein. “Es dar esperanza a los 12 millones de personas desplazadas en todo el mundo con discapacidad. Quiero transmitirles el mensaje de que nada es imposible para seguir adelante pase lo que pase.  Estoy aquí como ejemplo”.

Al Hussein empezó a nadar a los cinco años y creció como aspirante a atleta en Siria. Cuando vio a la estrella de la natación Michael Phelps protagonizar los Juegos Olímpicos 2004 en Grecia, empezó a soñar con llegar a ese mismo escenario.

Eso cambió en un instante cuando estalló la guerra en Siria hace más de una década. En 2012, uno de sus amigos fue tiroteado. Al Hussein y otros amigos fueron a salvar a su amigo de morir desangrado cuando otra bomba explotó. Le destrozó la pierna derecha y el sueño, en ese momento.

Huyó a Turquía para salvarse, antes de emprender el traicionero viaje en un bote a Grecia.  En 2014, mientras vivía allí, redescubrió el deporte y empezó a soñar con ir a los Juegos Paralímpicos.

“Cuando volví a nadar, mucha gente dudaba y se burlaba de mí.  Me decían: “Eres un refugiado. Eres una persona con discapacidad. Nunca vas a llegar a ninguna parte”. Tenía la esperanza de que si perseveraba, algo se materializaría”.

En Tokio, Al Hussein ya tiene una gran hinchada.  Tiene previsto realizar una charla virtual con niños de la escuela. 

Junto con el resto del Equipo Paralímpico de Refugiados, ha recibido varios miles de aviones de papel con mensajes de buena suerte y apoyo desde Bunkyo Ward.  

Bunkyo es una zona de los alrededores de Tokio que es la ciudad anfitriona oficial del equipo. Ahora acoge eventos online debido a las contramedidas de COVID-19 y Bunkyo está encontrando formas creativas de animar al equipo, incluso con los mensajes.

Uno de ellos, un niño de cinco años, iba dirigido específicamente a Al Hussein.

“Querido Ibrahim, me encanta la natación y otros deportes acuáticos”, decía la carta. “Me sorprendió saber que un atleta como tú, que es refugiado, compite en los Juegos Paralímpicos.  Imagino que la experiencia de la guerra fue dolorosa, pero por favor, da lo mejor de ti en los Juegos Paralímpicos. ¡Ve por el oro!”

Tal vez el dolor de lo que ha vivido en el pasado y de haber estado a punto de morir haya ayudado a Al Hussein a saborear cada momento.

Por eso, en los viajes en autobús con el equipo, se puede ver a Al Hussein, que ha sido uno de los líderes del equipo, saludando a casi todo el mundo que puede en Japón.  El equipo le dice que es como un político que busca ser reelegido.

A Al Hussein no le importan las bromas.  Será el primero en animarlos cuando termine la carrera de mañana.

El jueves será un día ajetreado para el Equipo Paralímpico de Refugiados. El nadador Abbas Karimi luchará por una medalla en 50m mariposa.

En el Estadio Nacional de Japón, mañana por la noche, Shahrad Nasajpour participará en lanzamiento de bala y Alia Issa, la primera mujer del Equipo Paralímpico de Refugiados, competirá en su única prueba, club throw.