De capitán de la policía al snowboard

El cliché del póster "trabajaré por la comida" fue un verdadero predicamento laboral para el snowboarder ruso Viacheslav Latyshev. La dura realidad a la que se enfrentó el luger, también entrenador y graduado universitario en la Rusia post-soviética de los 90, fue que el deporte no importaba.

"Nadie necesitaba al deporte", dijo Latyshev. "En ese momento los entrenadores trabajaban por la comida. Trabajábamos y para eso nos alimentaban en la cafetería de la estación de esquí. Sin dinero, nada de nada. No nos pagaron durante años. Todos mis amigos atletas se convirtieron en bandidos o policías". 

Latyshev eligió la segunda opción.

En 1995, el atleta se cambió de uniforme y comenzó una carrera de 25 años en la policía. Pero una colisión con un conductor ebrio hace cuatro años lo hizo volver al deporte competitivo.

Cambiando los oficios

El deporte tiene un doble significado para la gente de la ciudad natal de Latyshev, Chusovoy, situada en los Montes Urales con una población de menos de 50.000 habitantes.

"Sólo los atletas pueden viajar al exterior, si logran algunos buenos resultados primero. Pueden viajar afuera para ver el mundo. Esta es la única manera, o necesitas ser algún tipo de hombre de negocios", dijo Latyshev. "Las otras personas en la ciudad, se quedan allí y no viajan a ninguna parte."

Como otros en Chusovoy, Latyshev vio en el deporte una oportunidad para viajar. Se entrenó en deportes de trineo desde niño, se abrió camino hasta lo más alto del podio en la Copa Rusa y apenas perdió la oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos cuando su compañero de dobles se lesionó. También completó una licenciatura en educación física y comenzó a trabajar como entrenador.

Pero mientras sus logros deportivos seguían acumulándose, el dinero no.

Cansado de que le paguen mal por sus esfuerzos y pensando en formar una familia, Latyshev buscó un empleo más lucrativo. La policía era el ganador fácil.

"En ese momento, mi salario era de 60 rublos. Cuando llegué a trabajar en la policía, un interno que se sentaba en el coche y no hacía nada, sólo observaba, ganaba 250 rublos. Un policía que tenía algunos deberes ganaba 500 rublos, y esto era para los sargentos de menor rango", dijo Latyshev.

"Un entrenador con un título universitario obtenía 60 rublos mientras que el policía de menor rango obtenía 500 rublos, así que por supuesto fui allí." 

Latyshev no abandonó completamente los deportes cuando se convirtió en policía. Hacía snowboard los fines de semana y vacacionaba en marzo o abril cuando las condiciones de nieve en los centros de esquí rusos eran óptimas.

Su amor por los deportes se extendió a sus hijos. El mayor, Anton, compite en la Copa del Mundo de Esquí Libre de la FIS, mientras que el más joven, Maxim, se retiró de la competición de estilo libre esta temporada.

Mientras buscaba su próximo subidón de adrenalina, Latyshev también desarrolló una pasión por los deportes extremos. Probó una amplia gama, desde el buceo hasta el paracaidismo, y se volvió particularmente aficionado a las motocicletas. Latyshev iba en su motocicleta el 24 de septiembre de 2016, yendo a la capital de la región, Perm, cuando chocó con un conductor ebrio.

"Se desvió hacia el carril opuesto y nos 'conocimos'", recordó. "Mientras estaba en la carretera, hice un chequeo del cuerpo. Me quité el casco, chequeo. Miré los brazos, genial, todo en una sola pieza. Giré la cabeza, maldita sea, no tengo un pie. Y eso fue todo. Recibí mi pensión de inmediato".

Capitán Snowboard

Como capitán de la policía, Latyshev dijo que era estricto. Exigió "disciplina ideal" a sus subalternos y no dudó en reprenderlos si se presentaban sin afeitar o con uniformes arrugados. Estas medidas le crearon algunos enemigos, así que cuando se lesionó, algunos de sus colegas no fueron muy comprensivos.

"Todavía me río de ello. Cuando tuve el accidente de tráfico, en lugar de estar de luto, estaban bailando con gitanos y osos", dijo Latyshev. "Decían, 'finalmente, la vida ha aplastado a Latyshev y no tenemos que volver a verlo'."

Latyshev, sin embargo, no se quedó "acostado en el sofá rodeado de gatos". En su lugar, metió calcetines en sus botas de snowboard y se fue a montar a caballo apenas seis meses después del accidente.

"No tenía una prótesis todavía y mi pierna no ha sanado completamente, pero realmente quería montar", dijo Latyshev. "Quería ver cómo sería".

Después de ese primer paseo, Latyshev continuó entrenando. En 2018, fue a los campeonatos nacionales - ahora con una prótesis - y ganó el oro en snowboard cross. Defendió ese título al año siguiente.

Esta temporada debutó en la Copa del Mundo de Para Snowboard en la clase SB-LL2.

"Es muy interesante montar a nivel mundial", dijo Latyshev. "Entiendes que aunque seas el mejor de Rusia, vienes aquí y ves a atletas que son mucho mejores que tú. Luego empiezas a pensar en lo que te falta, en lo que necesitas trabajar. Tu nivel crece más y más con cada competición".

El rápido ascenso de Latyshev en el circuito de Para snowboard y sus viajes alrededor del mundo no han pasado desapercibidos en su antiguo departamento de policía.

"Están mirando y preguntando, '¿cómo puede ser esto? La vida lo aplastó, pero para él las cosas sólo mejoraron', dijo Latyshev. "Supongamos que no me subía a la motocicleta ese día y que aún hoy tenía mi pie, entonces todavía estaría sentado en la estación de policía y supervisando las asignaciones de trabajo. Y aquí he tenido este gran cambio de vida".