Nuevo equipo armenio de Para snowboard fija gran objetivo

Tres corredoras femeninas y un corredor masculino sueñan con un boleto a Beijing 2022 para impulsar el deporte y atraer a más atletas 18 Jan 2021
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A man and a woman with snowboard gear standing in a snowy slope
Artak Poghosyan (izquierda) y Lusine Karapetyan son dos de los Para snowboarders que tratan de desarrollar el deporte en Armenia
ⒸArtak Poghosyan
By Lena Smirnova | For World Para Snow Sports

Hace menos de dos años, los cuatro atletas del equipo armenio de Para snowboard estaban aprendiendo a bajar una montaña. Ahora, enfrentándose a las pistas más difíciles y venciendo a los aficionados locales, no pueden imaginar la vida sin este deporte.

Y con los Juegos Paralímpicos de Invierno Beijing 2022 cada vez más cerca, están decididos a mantenerse en la élite mundial a pesar de todos los desafíos que se interponen en su camino.

Superando las expectativas

El grupo, formado por tres corredoras mujeres y un hombre, es muy unido. Antes de empezar a hacer snowboard, fueron juntos a esquiar en los Alpes. Algunos, como Artak Poghosyan y Lusine Karapetyan, también atribuyen su discapacidad a la misma fuente: el terremoto de 1988, que mató a más de 25.000 armenios.

“El entorno es muy amistoso y cálido porque nos conocemos desde hace mucho tiempo”, dijo Karapetyan. “Somos más que amigos”.

Poghosyan es el más experimentado del equipo. Practicó esquí alpino durante 10 años, pero al no ser optimista sobre sus perspectivas Paralímpicas, se dedicó al snowboard e invitó a Karapetyan a acompañarlo. 

Amante del esquí alpino durante 30 años, Karapetyan inicialmente dudó en hacer el cambio. Pero después de dos campus de entrenamiento particularmente productivos en los Emiratos Árabes Unidos y en la República de Corea, se inclinó por el snowboard.

“La primera vez que lo probé, no me gustó porque me resultaba un poco difícil, pero al final del viaje a Dubai me gustó porque vi que podía hacerlo y que ni siquiera la edad era un problema”, dijo. “Cuando regresamos [a Armenia], no pude volver a esquiar. Intenté esquiar. Tomé los esquíes y subí a la montaña y entonces entendí que no, no me gusta”.

Sin embargo, entrenar Para snowboard en Armenia no es fácil. Los atletas tienen que cubrir los gastos de entrenamiento por su cuenta. Todos ellos, excepto Anna Safaryan que es estudiante, tienen trabajos a tiempo completo para financiar su deporte.

“Necesitan trabajar y proveer un sustento para sus familias. Querrían que [el deporte] fuera su principal trabajo, pero automáticamente es el segundo porque no hay apoyo estatal”, dijo Poghosyan. “No hay financiación. Si van a entrenar, tienen que pagar. No tienen tablas de snowboard, las alquilan”.

Comprar una tabla de snowboard de calidad, hecha en el extranjero, equivale a un mes de salario para los atletas armenios, e incluso las de segunda mano no son baratas. Hasta ahora, los atletas no han logrado encontrar ninguna tabla usada de buena calidad y dentro de su presupuesto. 

Organizaciones en Francia e Irán ofrecieron realizar campus de entrenamiento gratuitos para el equipo armenio en 2020, pero con la pandemia de COVID-19, estos planes quedaron en suspenso. 

En cambio, el equipo pasó el invierno de 2020 entrenando en el centro de esquí local de Tsaghkadzor. Está a una hora en coche de la capital, Ereván, donde viven todos los miembros del equipo. Hacen el viaje dos o tres veces por semana.

La temporada de invierno en Armenia, que limita con Turquía y Georgia, es corta. Como no tiene capacidad para producir nieve artificial, Tsaghkadzor no suele abrir para los visitantes hasta finales de enero y, en el mejor de los casos, hay nieve durante tres meses.

En el centro de esquí también faltan pistas de snowboard especializadas, como el banked slalom y el snowboard cross, disciplinas que estarán presentes en los Juegos Paralímpicos.

“La pista es solo para el esquí alpino. Para el snowboard no hay ninguna pista especial", dijo Poghosyan. "Vamos a la montaña y solo nos deslizamos hacia abajo y tratamos de entrenar como podemos”.

A pesar de estos desafíos, los atletas han visto grandes mejoras desde sus inicios en el snowboard. Poghosyan y Karapetyan, por ejemplo, obtuvieron los primeros lugares en una carrera amateur para personas sin discapacidad en 2020.   

“La primera vez que me subí a una tabla de snowboard, no pude ni siquiera avanzar un metro, pero ahora, cuando hubo una competencia en Armenia, mi tiempo fue el mejor entre todas las chicas”, dijo Karapetyan. “Puedo correr donde no podría ni siquiera ir con esquís y he estado esquiando durante 30 años”.

Fijando objetivos

El snowboard es un deporte emergente en Armenia y con los Juegos Paralímpicos de Invierno 2022 a poco más de un año, los atletas están especialmente motivados para entrenar duro y mejorar.

Hasta el momento han participado principalmente en carreras locales, pero su objetivo es participar pronto en competencias internacionales para obtener los puntos necesarios para clasificar para Beijing 2022.

“Nos reunimos con el equipo y discutimos cuál es el objetivo, además de disfrutar del snowboard. Tal vez sea un poco exagerado, pero estamos tratando de ir a los Juegos Paralímpicos. Tal vez. ¿Por qué no?”, dijo Karapetyan, a quien no le falta ambición deportiva habiendo ganado recientemente una medalla de bronce en el campeonato nacional de Para tenis de mesa junto con Meline Ghazaryan, su compañera de equipo de Para snowboard, que también ganó la medalla de oro.

Aunque el plazo para clasificarse para Beijing 2022 es apretado, los atletas son optimistas sobre sus posibilidades.

También tienen la esperanza de que su ambicioso objetivo inspire a más personas a practicar el deporte, en particular a los cientos de jóvenes que resultaron heridos en la guerra de Nagorno-Karabaj que estalló en septiembre de 2020. 

Poghosyan tiene previsto establecer una federación de Para snowboard y reclutar a estos hombres. Ya ha tenido reuniones informales con algunos de los soldados heridos.

“Debido a la guerra tenemos un gran número de jóvenes que fueron heridos y terminaron con una discapacidad“, dijo Poghosyan. “Por un lado esto es muy malo. Por otro lado, hay una gran oportunidad de apoyar a estos jóvenes para que recuperen sus habilidades en la vida y construyan otra carrera, si es posible, así que eso es en lo que estamos trabajando ahora”.