Atletismo “lo cambió todo” para senegalés Boubacar Cissokho

El senegalés Boubacar Cissokho solo tiene 30 años, pero parece que ya ha vivido varias vidas.

Un niño lleno de vida, se vio afectado por la poliomielitis a los 4 años. Con la pierna izquierda inmovilizada, se encerró en su casa, temiendo las miradas y las palabras de sus hasta entonces amables compañeros. Los cuatro años siguientes fueron infructuosos viajes a la cercana Malí y a la no tan cercana Dakar, la capital de su país, situada a más de 900km de su pueblo natal, para recibir ayuda médica.

La escuela se convirtió en un lujo al que no podía acceder.

“No fue tan fácil. Mi familia no tenía suficiente dinero para ayudarme”, explicó Cissokho. “No fui a la escuela durante cuatro años. Cuando vas a la escuela con una discapacidad, la gente te mira y dice: “¿Quién es este chico con esta discapacidad?” No fue fácil. Por eso la mayoría de las personas con discapacidad, hombres o mujeres, prefieren quedarse en casa”.

Incluso ahora, Cissokho afirma que “volvería a la escuela sin dudarlo” si pudiera. Pero un viaje de regreso a Dakar al final de su adolescencia empezó a cambiar las cosas. Estudió un año entero y por fin aprendió a escribir y leer en francés, y en 2011, con 20 años, su vida dio un giro.

“Estaba jugando al baloncesto y el presidente de mi distrito me dijo: ‘Deja de jugar al baloncesto, no tenemos oportunidades para ti. Vete al atletismo’”, cuenta Cissokho, con la sonrisa clara en su voz.

“Por supuesto, me gustó enseguida”.

Más que gustarle, se destacó. El hasta entonces tímido joven del campo descubrió que podía lanzar cosas lejos, extraordinariamente lejos. Actualmente, con una marca personal de 43,83m, ocupa el segundo lugar en África y el sexto en el mundo en disco masculino F57. También es bueno en lanzamiento de bala y jabalina.

El atletismo le ha permitido hacer cosas que nunca soñó: solo en los últimos tres años ha viajado al norte, al sur, al este y al oeste de África e incluso ha estado en Bakú, Azerbaiyán, para los Juegos de la Solidaridad Islámica 2017. Pero más que eso, ha cambiado la forma en que se percibe a sí mismo.

“Al principio no podía salir, la gente no me respetaba. Pero con el deporte, la gente sabe quién soy”, dijo Cissokho.

“El deporte lo ha cambiado todo. Si no fuera por el deporte estaría de vuelta en el pueblo, sin salir de casa”.

En cambio, trabaja por la mañana, limpiando las calles de Dakar, y se entrena por la tarde. En febrero de 2020 voló a Marrakech, Marruecos, para participar en un evento de World Para Athletics. Quedó cuarto en la prueba de jabalina F56-57, tercero en lanzamiento de bala y segundo en disco.

Los resultados lo han animado para intentar clasificar a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020. No ayuda el hecho de que el lanzamiento de disco F57, su prueba favorita, no esté en el programa, pero se necesitará más que eso para detener a un hombre que ya ha llegado tan lejos.