Pionero Mike Shea cambia copos de nieve por aserrín

Medallista Paralímpico anuncia su retiro y habla sobre los desafíos de adaptarse a un nuevo estilo de vida después del deporte de élite 16 Sep 2020
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A male Para snowboarder competing
Mike Shea en acción
ⒸSimon Bruty for OIS/IOC
By Lena Smirnova | For World Para Snow Sports

La carpintería de Mike Shea tiene una cualidad pacífica cuando talla su última creación en medio de una ola de calor de septiembre en el sur de California.

El trabajo es lento, casi meditativo, un marcado contraste con la vida anterior de Shea como Para snowboarder competitivo, lleno de adrenalina por las carreras, alfombras rojas y compromisos con los medios.

Shea anunció formalmente su retiro este mes después de una década de carrera que incluyó una medalla de plata Paralímpica y un título mundial. Ahora, como cabeza de una familia de cinco, persigue nuevos objetivos como propietario de un negocio y aprende a adoptar su estilo de vida después del retiro.

Una decisión difícil

La decisión de retirarse no fue fácil para Shea. Desde que corrió en los Juegos Paralímpicos de Invierno PyeongChang 2018, el hombre de 37 años esperaba volver a la competición. 

Pero una prolongada enfermedad, el nacimiento de una hija y las responsabilidades de un nuevo negocio, todo ello a los pocos meses de regresar de los Juegos, resultó ser demasiado para combinarlo con una exigente carrera deportiva.

“Todavía tenía ese deseo y esa sensación de volver a subirme a mi tabla de snowboard, pero decía “estoy demasiado ocupado con el trabajo” o “todavía tengo que volver a ponerme en forma”, y ese momento nunca llegó”, dijo Shea. 

“Me atormentaba porque realmente quería volver a competir, pero también sabía que necesitaba continuar con mi vida”.

El retiro fue una decisión aún más difícil debido al rol especial que desempeñó Shea en el desarrollo del Para snowboard.

Junto con Amy Purdy, Daniel Gale, Keith Gabel y Evan Strong, Shea hizo una campaña incansable para que el deporte fuera incluido en los Juegos Paralímpicos.

Hasta el día de hoy, Shea recuerda vívidamente cómo recibió la noticia de que sus esfuerzos fueron exitosos. 

Un oficial del Comité Paralímpico Internacional (IPC) fue a observar una competición en Nueva Zelanda, donde los atletas de Estados Unidos estaban corriendo, para ver si el deporte podía ser añadido al programa Paralímpico. El veredicto fue negativo.

“Estábamos completamente abatidos”, recordó Shea. “Estuvimos llorando toda la noche porque era algo por lo que trabajamos muy duro”. 

Pero una semana después, cuando volvieron a casa, los atletas se dieron cuenta de que la decisión podría ser revocada.

“Seguimos actualizando la página web del IPC y en la página principal decía: 'El snowboard estará en los Juegos Paralímpicos 2014 en Sochi' y se me caían las lágrimas”, dijo Shea. 

“Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida poder decir, finalmente lo hicimos y ahora voy a ser un atleta Paralímpico”.

Shea no solo participó de dos Juegos Paralímpicos, sino que también es medallista Paralímpico. Ganó la medalla plata en snowboard cross en Sochi 2014 donde compartió el podio con Strong y Gabel.

La vida de Shea ha cambiado dramáticamente en la década que pasó en la cima del deporte. Anteriormente nunca había viajado más allá de Nevada; el diario de viaje de Shea ahora incluye cerca de 20 países, incluyendo un viaje a los Juegos Paralímpicos Río 2016 como asistente de equipo.

“Lo mejor que me ha dado [el deporte] es la perspectiva de la vida y de la gente porque ves las cosas de forma muy diferente cuando viajas por el mundo”, dijo.

Además de visitar los principales centros de esquí del mundo, Shea ha paseado por la alfombra roja de los Premios ESPY dos veces al ser nominado al Mejor Atleta Masculino con Discapacidad, e incluso ha tenido una pelea de almohadas en la Casa Blanca con su compañera Brittani Coury. 

De copos de nieve al aserrín

El contexto de Shea es muy diferente hoy en día. El aserrín cubre el suelo donde está parado en lugar de la nieve, y los días sofocantes de California fuera de su taller de carpintería están lejos de las frías mañanas en su antigua base de entrenamiento en Colorado.

La primera experiencia de Shea con la carpintería fue hace 15 años cuando construyó una casita para su cachorro. Disfrutó tanto del aspecto creativo que empezó a comprar herramientas en ventas de garaje y a hacer trabajos en el vecindario.

Sin embargo, cuando un entrenador lo llamó con una invitación para un campamento de entrenamiento de snowboard, Shea decidió vender las herramientas para comprar equipamiento deportivo y se mudó a las montañas.  

Después de PyeongChang 2018, utilizó el dinero de sponsors para comprar algunas herramientas de nuevo y relanzó su negocio de carpintería a la semana de volver a casa. Pero por mucho que disfrute de su carrera después del deporte, Shea también ha admitido que el retiro es una “experiencia de humildad”.

“Tu mente, que solía estar tan enfocada en algo, ahora ya no tiene eso en lo que enfocarse. Es casi como si te hubieran quitado todo y no supieras lo que es la vida”, dijo el campeón mundial de 2015. 

“Tratar de reinventarse a uno mismo y entender que tienes más objetivos en tu vida que ser un atleta de alto rendimiento es la parte más desafiante del retiro”.

Una forma en que Shea ha sido capaz de adaptarse a su nuevo estilo de vida es aplicando las habilidades que desarrolló a través del snowboard a su negocio de carpintería. 

“Lo más importante es entender cómo hablar con la gente”, dijo. "Como atleta, especialmente como atleta Paralímpico, eres una figura pública y hablas con mucha motivación, así que puedo usar eso en mi profesión para hablar con la gente y hacer negocios”.

Shea no se ha parado en una tabla de snowboard desde que se fue de PyeongChang, pero planea compensarlo este invierno. La tabla de snowboard, dijo, siempre será parte de su vida, como los dos anillos de equipo en su mano derecha y el segundo nombre de su hija “Winter” lo demuestran.

En cuanto a otros que luchan con la idea de retirarse, Shea tiene estos sabios consejos:

“Mucha gente se aferra tanto como puede por miedo a lo que hay en el otro extremo, pero el otro extremo puede ser tan grande como tu carrera deportiva si lo permites. Si pones el mismo esfuerzo, la misma concentración y determinación en lo que haces con tu retiro que en tu deporte, entonces puedes lograr aún más. El fin del deporte no es el fin de la vida”.